Visitamos el famoso Bazar de la Carcacha que se ubica atrás del Museo del Automóvil, en la esquina de la calle Nezahualpilli y la Avenida División del Norte; obviamente en Coyoacán.

Al llegar, nos recibieron dos bellezas del mismo año, un Barracuda y un Mustang 1967.

Cada quince días, los domingos, puedes encontrar un gran ambiente en el que coinciden propietarios y coleccionistas de autos cásicos, vecinos y gente atraída por los vehículos que se exhiben y se venden.

Este bazar es también el lugar para comprar y vender piezas y refacciones de automóviles que es difícil encontrar o que simplemente ya nos se fabrican.

Al platicar con varias personas, que tienen puestos o que acuden regularmente, descubrimos que la mayoría comparten una gran pasión por los automóviles y que eso les da la oportunidad de conversar con un lenguaje común y de convivir y compartir su tiempo y conocimientos de manera amable y generosa.

Es una buena noticia darnos cuenta que los automóviles nos sólo acortan distancias entre lugares sino también entre generaciones, como fue el caso de un padre y su hijo, Daniel y Mateo, cuyo proyecto de restauración, una llamativa Pacer Amarilla 1978, les ha dado una actividad común en la que ambos comparten tiempo y satisfacción, juntos.

El Bazar de Carcachas es sin duda otra buena razón para decir: Te quiero, Coyoacán.

Ven a visitarlo en Nezahualpilli esquina con División del Norte, es fácil encontrarlos: cuando veas estacionados o andando sobre la avenida llamativos automóviles de otras épocas.